martes, 4 de agosto de 2009

EL PROCESO ENSEÑANZA - APRENDIZAJE EN LAS UNIVERSIDADES

A propuesta de la Asamblea Nacional de Rectores, como medida preventiva ante la pandemia del virus AH1N1, las universidades del país han suspendido sus labores académicas o han adelantado el final de ciclo. La medida, desde el punto de vista de salud pública, es atinada; pero desde el punto de vista académico se presentan algunos problemas. Nuevamente son los estudiantes los más perjudicados. La suspensión de clases les hace perder la ilación en la asimilación de los contenidos; mientras que la finalización anticipada al 70, 75 %, los deja sin sustento para los siguientes cursos. El caso se agrava cuando se presentan algunos problemas adicionales:
DOCENTES QUE FRACASAN
Uno de los grandes problemas es la existencia de docentes que tienen altos índices de desaprobados, que oscilan entre el 80 y 100 % del total de alumnos. Algunos docentes, en el colmo de su vanidad, creen que cuanto más desaprueban mejores son. Pero este dato no es un indicador suficiente del éxito o fracaso del docente. Hay algunos que tienen una enseñanza muy pobre y con aprobar a casi todos creen que encubren su debilidad. En realidad el fracaso o éxito reside en lograr el aprendizaje de los alumnos, en contribuir con la formación profesional de los estudiantes; se mide a través del logro de los objetivos propuestos o la adquisición de determinadas competencias. Y una forma objetiva de medirlo es mediante la evaluación por un jurado imparcial.
MALOS Y BUENOS DOCENTES
Uno de los factores para que haya malos docentes es que no tienen formación pedagógica, excepto los Licenciados en Educación. Los cursos de capacitación en metodologías de enseñanza no son suficientes por ser sólo teóricos; cuando lo que hace falta son talleres, con gran sentido práctico. Otro de los factores está en que los docentes no tienen dominio de los contenidos curriculares. En general, el maestro universitario no está debidamente actualizado y son muy pocos los que realmente dominan sus cursos. Cuando el maestro tiene dominio de sus temas tiene la maestría de hacer lo difícil, fácil. Un tercer factor es la falta de vocación de maestro; que significa amor por lo que hace y por los alumnos.

Claro que hay muchos profesionales, no educadores de carrera, que son magníficos docentes. Estos son realmente maestros en la educación universitaria, ya que tienen vasta cultura, que les da panorama; son inteligentes, que les da tino y criterio para enseñar; dominan sus temas porque tienen pasión por la lectura y el estudio; son catedráticos, ya que su cátedra tiene el valor agregado necesario respecto a los textos. Para estos auténticos maestros la cátedra no es un puesto de trabajo más; es un apostolado que ejercen con profundo amor por el saber, por la enseñanza y por la juventud.

¿POR QUE HAY MUCHOS DESAPROBADOS?
A mi juicio, dos son las razones fundamentales para que los maestros tengan alto índice de desaprobados: 1º Unos desaprueban por vanidad, por prepotencia, por un sentimiento de frustración que vuelcan hacia los alumnos, porque creen que desaprobando más serán mejores. Estos se preocupan más en desaprobar que en enseñar. Estos enseñan “fácil”, con ejemplos simples, pero evalúan “muy difícil”, con preguntas complicadas hasta para ellos. 2º Otros desaprueban con la finalidad de chantajear a los alumnos, que son mucho más de lo que parece. Estos son realmente perversos, que no tienen alma de maestro, que nos les interesa la formación profesional, que sólo buscan su beneficio personal.

¿QUÉ HACER?
Planteo algunas propuestas que pueden contribuir a la solución del problema:
1º Maestros con vocación universitaria.- Que los docentes antes de ser nombrados sean evaluados por sicólogos que midan su vocación de maestro.
2º Dominio de contenidos.- La clave de un maestro está en conocer profundamente su asignatura. Para ello tiene que actualizarse siempre.
3º Que se desarrollen eventos académicos.- De modo que el maestro pueda brindar conferencias sobre los nuevos temas de su especialidad, así como abordar temas de actualidad desde la óptica de su profesión.
4º Enseñanza de conocimientos útiles.- Nada más tedioso para el alumno que le impongan temas intrascendentes para el ejercicio profesional posterior. Para ello es fundamental conocer las necesidades del mercado laboral.
5º Que los alumnos aprendan haciendo.- Los cursos deben tener gran orientación práctica y marcado sentido aplicativo. Que se deje la enseñanza libresca y memorística, que los alumnos resuelvan los ejercicios, que hagan las tareas aplicativas, que visiten a los centros de producción.
6º Un maestro un libro.- Hacer un buen libro significa elevarse a la cúspide del saber. Se debe motivar a que los docentes con más de 10, 20 y 30 años de labor tengan un libro sobre el curso principal que enseñan. El solo hecho de proponérselo hará que lean más, se capaciten más, piensen más.
7º Promover el autoaprendizaje de los alumnos.- Actualmente el buen maestro se caracteriza porque tiene la capacidad de motivar el aprendizaje de los alumnos. Entonces el alumno aprende voluntariamente, sin presiones, con amor por el estudio.
8º Que los estudiantes dinamicen el proceso de formación profesional.- Que los alumnos presenten su programa de lucha, que busque mejorar la enseñanza, la investigación y la proyección social; que se preocupen más en aprender que en las notas; que tachen a los malos docentes, pero para ello que sean buenos alumnos.
                                  efrainesteban@hotmail.com