Los principales
sueños rotos en América Latina son: El modelo ISI, que fracasó en llevarnos al
desarrollo industrial; el estatismo, que fracasó al pretender controlarlo todo;
los movimientos armados, que fracasaron en hacer la revolución; el neoliberalismo, que ha fracasado con el
fundamentalismo de mercado; la planificación estratégica, que ha fracasado
pretendiendo impulsar el desarrollo; la acreditación universitaria, que está
fracasando al cambiar todo, menos lo esencial. Una de las causas principales de
estos sueños rotos se encuentra en la falta del análisis profundo.
El análisis profundo comprende
el análisis integral y esencial. El análisis integral es un análisis multivariable,
que permite ver todos los elementos de un objeto o fenómeno. El análisis
integral requiere de un espíritu ponderado, equilibrado. Cuando se carece de
él, solo se ve una parte, a la que se absolutiza. El análisis esencial permite
identificar la naturaleza del hecho o fenómeno, las causas principales, los
factores determinantes. El análisis esencial permite ver lo universal en lo singular
o particular (Newton encontró una ley universal en la caída de una manzana). Mientras
el análisis integral ve muchas variables; el análisis esencial ve las variables
principales, determinantes.
1. EL MODELO
ISI
El modelo
Industrialización por Sustitución de Importaciones (Modelo ISI) considera que la
industrialización es la clave del desarrollo, que sin industrialización el
desarrollo es una ilusión; pero, es solo parte de la verdad. La otra verdad es
la exportación. Todos los países desarrollados, han tenido crecimiento sostenido,
gracias a la industria exportadora; actualmente los países emergentes basan su
poder económico en la industria para la exportación. Eso les hace competitivos
en el mundo. El gran problema del modelo ISI es que fue una industrialización
para el mercado interno, con proteccionismo estatal, haciendo ineficientes a
las empresas industriales. Además, se satura el mercado nacional y este queda
sin futuro. No se hizo el análisis profundo: integral y esencial, para
implementar este modelo de desarrollo.
2. EL ESTATISMO
Durante el siglo XIX
predominó en la economía la escuela clásica, que sostenía que el mercado es
autosuficiente, porque se equilibra solo. A raíz de la gran depresión de
1929-1933, el genio de Keynes percibe que la esencia de la escuela clásica se
había quebrado, ya que el mercado no se equilibra solo. Plantea la intervención
del Estado, para dinamizar la economía, principalmente mediante el gasto
público. Ahí surge lo que se conoce como política económica anticíclica, de
modo que si la economía está en recesión, el Estado podía intervenir con
políticas expansivas. Pero, nos fuimos al extremo, al intervencionismo
estatista, ineficiente. Es la visión parcializada, de darle valor absoluto a
las partes. Entonces el Estado usó y abusó de su poder, creando serias
distorsiones como el déficit fiscal, el déficit en Balanza en Cuenta Corriente,
la deuda pública externa, la hiperinflación, generando inestabilidad económica
y política. No se entendió la esencia del pensamiento keynesiano.
3. LOS MOVIMIENTOS
ARMADOS
Los movimientos
armados en América Latina, inspirados en el marxismo leninismo (también en el
maoísmo, trotskismo, etc.), querían hacer la revolución. Pero, el gran error
fue que se dejó de lado el análisis integral y esencial: Para iniciar la
revolución se debía evaluar las condiciones objetivas y subjetivas, que los
teóricos señalaban. Cuando hay profunda crisis económica, política y social
decimos que si hay condiciones objetivas. Las condiciones subjetivas son: El
nivel de conciencia del pueblo, que es el protagonista de la historia, según
esta teoría. En Rusia, el imperio zarista estaba en crisis aguda, con una economía
colapsada, en el marco de la I Guerra Mundial. China, después de la
intervención japonesa, se encontraba en cruenta guerra civil, con una economía
hiperinflacionaria, caótica. En Cuba, la dictadura de Batista estaba en crisis
insostenible. En estas revoluciones ha habido política de alianzas; una
combinación magistral de lo militar, político y legal; gran respaldo popular.
4. EL NEOLIBERALISMO
Después vino el
contragolpe neoliberal. Estamos marcados por el extremismo, por el fundamentalismo:
Primero de mercado, luego de Estado, después el armado, ahora nuevamente de
mercado. Se descalifica al Estado, llegando al extremismo de querer
aniquilarlo. Antes el Estado lo era todo, ahora el mercado lo es todo.
Perdiendo de vista el enfoque integral, sistémico, donde cada elemento es
relativo y no absoluto, importante pero en coparticipación con los otros
elementos. Lo peor de todo es que el neoliberalismo condena a todos los países
en desarrollo a ser eternamente primario-exportadores, sin capacidad de
desarrollar industria exportadora. El crecimiento sostenido de los países
emergentes, sin las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), es la
mejor prueba del fracaso del modelo neoliberal (imperial, absolutista,
colonial). Estados Unidos ahora se encuentra en crisis estructural; ya perdió
el liderazgo frente a China. A excepción de Brasil, América Latina sigue
creyendo en el modelo primario exportador. No se comprende que el modelo
Industrial Exportador Sostenible (Modelo INDES) es el camino del desarrollo de
nuestros países.
Solo Dios es
absoluto, el ser humano es relativo. Por eso, el absolutismo conduce al
desastre social. Es absurdo ser absolutista, monárquico, monopólico, monocorde,
etc. No existe una varita mágica, una medida salvadora. La solución está
siempre en el equilibrio, en la ponderación, en la complementariedad de varios
factores. El mundo tiene una concepción binaria, que cree que solo existen dos
elementos extremos: El mercado y el Estado, el blanco y el negro, la derecha y
la izquierda, etc. En lo social nada es absoluto; pero, el hombre soberbio cree
que el extremo que el maneja o tiene, es absoluto. En ese contexto, el imperio
americano y las clases dominantes de los países latinoamericanos, siempre
creyeron que el neoliberalismo tiene un valor absoluto y todo aquel que se
oponga, es porque está en el otro extremo: comunista, estatista, terrorista,
etc. Pero, lo cierto es que entre el mercado y el Estado hay muchas posiciones
intermedias, entre el blanco y el negro hay millones de franjas cromáticas,
entre la derecha y la izquierda está el centro y muchas opciones más. Considero
que entre tantas posiciones extremistas, el equilibrio es divino. Felizmente,
hoy día los economistas más sensatos del mundo (entre ellos algunos permios Nobel,
como Stilglitz, Krugman) plantean un enfoque ponderado, moderado, equilibrado.
5. EL PLAN
ESTRATÉGICO
El Plan estratégico
ha llegado a Perú con grandes expectativas. Muchos creímos que se impulsaría el
desarrollo. Pero, no entendimos su esencia y lo implantamos con mucha criollada;
trabajando a la ligera, sin captar su esencia. No entendimos lo que es la
visión. El propósito de la visión es servir de impulso, de motivación, para
cumplir con la misión; para ello debía ser clara, precisa y viable. Nos
trazamos visiones confusas, quiméricas, que lejos de impulsarnos nos han
paralizado. El CEPLAN mismo, en el Plan del Bicentenario, no formula la visión de
país o el modelo de desarrollo nacional. Este elemento que es vital para el
desarrollo no existe. En setiembre del 2014, en la Universidad Nacional de San Martín, en un
Foro Regional, a un funcionario de CEPLAN le cuestioné este gravísimo vacío. Me respondió, con criollada, que el
modelo es: Economía social de mercado. Le demostré que eso no es modelo de
desarrollo; que es una doctrina económica.
Tampoco entendimos lo
que es estratégico. Este término, que viene del campo militar, significa: que
determina la guerra. En la planificación, es lo que determina el desarrollo, lo
que garantiza el logro de la visión. Entonces, ni todos los ejes, ni todas las
actividades, son estratégicos. Hace falta una gran capacidad de análisis para
identificar cuáles son estratégicos. En buena cuenta lo estratégico es lo esencial.
Cuando consideramos a todos los ejes y todas las actividades como estratégicos,
el poco presupuesto se diluye. Y de este modo solo resultamos tocando los
síntomas de los problemas y seguimos conviviendo con los males institucionales
que se vuelven crónicos, como las enfermedades. Los pacientes se hacen farmacodependientes;
en las instituciones nos hacemos maquidependientes (dependientes de maquillajes
sociales).
6. LA ACREDITACIÓN
UNIVERSITARIA
Todos estamos
esperanzados en que la acreditación impulsará el desarrollo de las
universidades. Pero, he percibido que se trata de un proceso burocrático, que
busca cambiar todo, menos la esencia. En enero del 2014, en la Universidad Nacional
Hermilio Valdizán, en una reunión con el representante del Consejo Nacional de
Acreditación (CNA) de Colombia le dije: Que este proceso era como acreditar a
una academia de baile, donde se evalúa: Planes, sistemas, local, pista de
baile, vestuario, nutrición, equipo de sonido, etc., pero la calidad del
maestro y los alumnos era igual, por lo que los graduados seguirán bailando
como antes. En efecto, ahora ya vemos carreras acreditadas en distintas universidades
del país. Pero, en estas carreras acreditadas todo sigue igual. Necesitamos identificar
los elementos principales, los aspectos
determinantes, la esencia del problema.
La acreditación tiene
que hacerse de todos modos. Ahí no queda ninguna duda, ni vacilación. Pero, se
debe hacer el análisis profundo, para comprender la esencia, para identificar los
grandes objetivos, para señalar las actividades precisas que permitan alcanzar
esos objetivos. Se trata de impulsar significativamente la formación
profesional y la investigación en las universidades. La esencia de la
universidad está ahí; si no se cambia verdaderamente la esencia, será un sueño
roto más.
Elevemos nuestra
mirada, reformulemos nuestros sueños, dejemos la viveza criolla, la
superficialidad, la apariencia; hagamos el análisis profundo, trabajemos con
más seriedad, con más humildad. Parafraseando a Vallejo diría: Hay, hermanos,
muchísimo que hacer, muchísimo que pensar.