En
las universidades del Perú, en términos generales, no ha habido gobierno. El
gobierno es función de las autoridades; mientras que la gestión, de los
funcionarios y técnicos. El gobierno comprende las políticas, los grandes
objetivos; mientras que la gestión, los medios e instrumentos. Estos
“gobiernos” se parecen mucho entre sí: Excesivo amor por el dinero, mucha
viveza criolla y poco o nulo desarrollo institucional.
I. BUEN GOBIERNO INSTITUCIONAL
Se requieren políticas claras, coherentes y viables. Se debe
plantear la visión de desarrollo institucional y los objetivos sectoriales, para
saber a dónde vamos. La máxima autoridad tiene que ser el líder del desarrollo
institucional. Para gobernar de verdad se requiere: Tener capacidad de
análisis, para formular las políticas institucionales; tener honestidad, para
centrarse en el interés institucional y no en el dinero; tener personalidad (sencillez y coraje a la vez), para gobernar con sabiduría y emprender los cambios.
1° Tener capacidad de análisis concreto, integral y
esencial. El análisis concreto consiste
en evaluar las particularidades de la institución, a fin de plantear las
propuestas adecuadas, viables. El análisis integral, consiste en evaluar todos
los factores de los problemas, puesto que no hay varitas mágicas. El análisis esencial
consiste en identificar no solo los problemas centrales, sino también en
determinar sus causas principales. Los problemas persisten porque no los atacamos
desde raíz. Solo de este modo se formulan políticas claras, viables, integrales
y esenciales, a fin de que generen desarrollo.
2° Todos queremos dinero; eso no es malo. El problema es
cuando hay codicia, cuando hay corrupción. El hombre codicioso vive enamorado
del dinero, como el adolescente de su primer amor, convirtiendo el desarrollo
institucional en secundario.
3° Konosuke Matushita decía que la clave de la buena
gerencia está en un corazón sencillo. El peor enemigo de una autoridad es la
soberbia, porque lo convierte en una bestia, que cree que está por encima de la
ley, del prójimo. Entonces, no acepta críticas, ni propuestas; atropella las
normas y los derechos de los demás. El coraje es fundamental, para emprender los cambios, sin vacilaciones.
II. GESTIÓN CON EFICIENCIA
Los gobiernos también deben preocuparse por una buena
gestión, que comprende medios, instrumentos, para alcanzar los objetivos.
Mientras las políticas deben ser claras y viables; las herramientas y procesos
deben ser eficientes. Para una gestión eficiente se debe contar con buenos
equipos técnicos, gobernando con los mejores de la institución. Implementar la gestión
total: Por objetivos y resultados a la vez. No podemos definir los resultados
si no tenemos idea de los objetivos. Además, se requiere el análisis central para
la toma de decisiones: “Golpear sobre el clavo”, dar en el blanco preciso, para
tomar la decisión correcta, con justeza, con criterios técnicos, legales. Las
autoridades y funcionarios dan muchas vueltas, precisamente porque no hacen el
análisis central.
III. GOBIERNO DEMOCRÁTICO E INSTITUCIONAL
Un gobierno democrático está abierto a toda la universidad,
no a grupos cerrados. Los candidatos son democráticos en campaña, pero cuando
ganan se olvidan de la democracia y “gobiernan” con su entorno más cercano. Un
gobierno democrático coordina, comparte, delega y no monopoliza el poder. Vive,
sueña, con el desarrollo institucional. Ve las virtudes y potencialidades de
sus miembros, con fines institucionales.
IV. PASIÓN POR LA CALIDAD UNIVERSITARIA
La pasión por la calidad es llevar en las venas la sangre
de la calidad. La calidad no es simplemente cuantitativa (hacer más), sino es hacer
cada vez mejor. La calidad es ante todo cambiar, reformar. La calidad es
siempre esencial y no superficial; se logra cuando identificamos la esencia del
problema, las causas principales. La esencia de la universidad es la formación
profesional y la investigación. Debemos mejorarlas radicalmente, modificar
sustancialmente los objetivos y medios. Hasta ahora hemos tenido solo cambios
superficiales, de mocos por babas (o de babas por mocos).
¿Cómo hacer para que toda la comunidad apoye las propuestas
de cambio? Primero, que estén convencidos que el gobierno es honesto y que quiere
el cambio verdadero. Después, se debe plantear un sistema de incentivos. Cuando
era Jefe de Planificación, el Rector de la UNAS me dijo: “La gente no se pone
la camiseta”. Yo le dije: ¿Qué gana el que se pone? Nunca tuve respuesta. Que se
premien a todos los que mejor desempeño tienen. Equilibrar magistralmente los
intereses individuales con los colectivos, de modo que todos ganen: Las
personas y la institución. Por ejemplo, trabajemos con proyectos productivos,
de modo que si hay buenas ganancias sea para los que producen, como en la
parábola de los talentos.
V. ROL DE LAS ORGANIZACIONES
UNIVERSITARIAS
La autoridad debe gobernar coordinando con las organizaciones
universitarias como: Sindicato de Docentes, Federación de Estudiantes, Sindicato
de Trabajadores, etc. Sus representantes deben ser fiscalizadores en todos los
actos de la institución, principalmente cuando se trata de concursos o
licitaciones para la adquisición de bienes y servicios. También deben formular sus
Programas de Lucha (vinculados a objetivos institucionales) que gobernantes y
gobernados deben lograr. Estas organizaciones deben tener independencia del
gobierno, para tener autoridad moral.