lunes, 28 de septiembre de 2015

MI SUEÑO: UN GOBIERNO HUMANISTA, PARA UNA UNIVERSIDAD UNIDA Y MÁS DESARROLLADA


POR: EFRAÍN ESTEBAN CHURAMPI (*)
Martin Luther King, en 1963, en un histórico discurso, decía: “Sueño que un día…todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar…”.
1. AMOR
La biblia dice: “Si no tengo amor, nada soy… El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés” (I de Corintios 13: 2-5). El amor, no el dinero, nos hace felices, nos da paz espiritual. Con amor sumamos y no restamos, multiplicamos y no dividimos, creamos y no destruimos. Para amar necesitamos amarnos, perdonar, concentrarnos en lo positivo, de nosotros y de los demás. El buen cristiano ama a su prójimo como a sí mismo. Jesús decía: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen...Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué merito tienen?” (Lucas 6: 27-32). Jesús era profundamente amoroso, genial y sencillo.
Amar para desarrollarnos, desarrollarnos para amar (el odio expresa envidia). El amor construye, el odio destruye; el amor dinamiza, el odio bloquea; el amor desarrolla, el odio atrasa. Hoy más que nunca hace falta amor. Que haya amor y respeto de mayores a menores, de autoridades a la comunidad universitaria; entonces, serán correspondidos. Debemos ser más tolerantes con la imperfección. Si todos somos imperfectos, ¿por qué exigimos perfección? Debemos juzgarnos primero antes de juzgar a los demás. Ahí están las sabias palabras de Jesús: “Hipócrita, sácate primero la viga que tienes en el ojo y así verás mejor para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mateo 7: 5). Con amor, tendremos la predisposición de dar, de atender los derechos de los demás. Así como no se puede amar a Dios y al dinero a la vez; no se puede amar a la institución y al dinero a la vez. La codicia es expresión de un corazón vacío de amor.
2. UNIDAD
Jamás pensaremos igual que los demás. Cada uno tiene su personalidad, sus propias características. En 1,990 los docentes nombrados nos reunimos con el Rector, Dr. César Mazabel Torres (que se va con honores). Ahí nos dijo: “Universidad viene de universo de conocimientos, ideas, teorías”. Es natural que haya discrepancias, porque ni los propios hermanos piensan igual. Lo peor que le puede pasar a una institución es que cada uno se crea el referente de lo bueno: Si son iguales a mí son buenos. Entonces, nadie sería bueno y todos atacarían a todos. Y cuando atacamos, es energía negativa que vuelve multiplicada. La energía negativa nos destruye; la positiva nos hace grandes.
Debemos tener sentido de unidad institucional. Nuestro amor por la institución no debe perderse; solo así contribuimos al desarrollo institucional. Si se pierde el amor y respeto, nos convertimos en un campo de guerra fría. Debemos aprender a valorar a los colegas en presencia y más aún en ausencia. Como seres inteligentes de un gran centro académico, por encima de nuestras discrepancias debe haber amor al prójimo. No pretender dominar, ni manipular. La libertad es sagrada. Dios nos da el libre albedrío; solo el diablo busca dominar, manipular. 
3. DESARROLLO
El objetivo sagrado de la institución es el desarrollo institucional. Es normal que tengamos intereses individuales; pero, siempre debemos poner en primer lugar los intereses institucionales. Requerimos de políticas de desarrollo institucional de largo plazo. En esa medida, se requieren programas de lucha de organizaciones universitarias, para tener como base. Además, necesitamos crear las condiciones favorables para que la institución se desarrolle. Louis Pasteur decía: “El ambiente es más importante que el germen”. Si hay ambiente de desarrollo florecerá la UNAS. 
Liderar a la institución para alcanzar el desarrollo. Liderar con profundo amor por el prójimo, sin usar a las personas (quien adora a las cosas, usa a las personas). De una vez por todas debemos entender que la autoridad no es el centro de la institución. El centro es el usuario, que es el alumno. La primera autoridad es el primer servidor de la institución. Pero, amar no significa que seamos tolerantes con la corrupción. Con corrupción nunca habrá unidad, ni desarrollo. La corrupción se mantendrá con autoridades deshonestas (que lo promoverán) y con autoridades débiles de carácter, sin talento (que no podrán impedirlo). 
4. MI SUEÑO
Sueño con un gobierno humanista, en el que que todos los unasinos, docentes, estudiantes, trabajadores y egresados, trabajamos con amor, sin corrupción, para una universidad unida y más desarrollada.
(*) DOCTOR EN ECONOMÍA, PROFESOR DE INVESTIGACIÓN Y POLÍTICA ECONÓMICA, DIRECTOR DE LA EPG UNAS, EX DECANO DE LA FCEA 
Y EX JEFE DE PLANIFICACIÓN DE LA UNAS.


































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